“Juego de naipes y ruletas (rusas)”, o el lado literario de Alexiel Vidam, la “chica Cinematosis”
Es conocida en el mundo artístico como la “chica Cinematosis”, impulsadora del arte y la cultura, crítica de cine, organizadora de eventos como el Tono Cinematosis, Cinemafic y la obra social Cinematosis Navideño. Sin embargo, Alexiel Vidam tiene una faceta distinta que ha comenzado a hacerse más visible desde hace poco, tras el lanzamiento de su poemario “Juego de naipes y ruletas (rusas)”, publicación que significa su aporte literario al país, antes de partir por una temporada.
Hola Alexiel, para comenzar, quisiera que nos cuentes un poco acerca de cómo empezó tu interés por la literatura.
En realidad, fue el primer arte que me cautivó (el cine llegó después). Ocurrió desde muy joven y casi sin darme cuenta. La persona que me inculcó la pasión por la cultura y el arte, fue -sobre todo- mi abuela, que fue una de las personas más importantes de mi vida (en este momento ella ya no se encuentra aquí). Mi abuela Yolanda me enseñó a recitar poesía a los tres años. De hecho el primer poema que yo aprendí, gracias a ella, es de una autora que hoy en día me encanta, que es Alfonsina Storni, sólo que en ese entonces yo no sabía cómo se llamaba; lo descubrí mucho después, cuando leía un libro de la autora y encontré el poema que mi abuela me había enseñado de niña. En aquel entonces ella también solía cantarme canciones y contarme cuentos para dormir; en su casa también tenía muchos cuentos de arte y de mitología griega, algo que me fascinó desde chica.
¿Y lo de la escritura cómo empezó?
Creo que una cosa llevó de algún modo a la otra. Así como me gustaba leer o ver historias (en ese entonces pasaban El Narrador de Cuentos en la tele y yo vivía pegada de esa serie), pronto me interesó crearlas por mi cuenta. Recuerdo que mi papá también fue una influencia importante en aquel entonces porque él tenía un juego en el cual él inventaba el inicio de una historia y luego yo debía seguirla; yo amaba ese juego. En el colegio también tuve un taller de creación literaria con el cual me afané; entre los 6 y 9 años ya había acumulado varias historias. Primero copiaba el estilo de lo que ya conocía: los mitos griegos, historias estilo Las mil y una noches (libro con el que me pegué y me leí completito a los 9 años), o a veces usando personajes de la tele que me gustaban; por aquel entonces yo estaba alucinada con los Animes, así que a veces usaba a Goku, a Sailor Moon o a Los Caballeros del Zodíaco como protagonistas de mis historias. Más adelante ya me fui aventurando a construir mi propio estilo y crear mis propios personajes.
¿Y cuándo fue que llegó la poesía?
Eso tardó un poco más, a los 14 años, cuando ya estaba en secundaria. Si bien de chica tuve un primer acercamiento con Storni, que es una capaza y hasta hoy es una de mis poetas favoritas, yo creo que el colegio –sobre todo en primaria- hace que le agarres cierto odio a la poesía; te hacen recitar con todo y cantadita y mímica –cosa que nunca me gustó para nada, pues yo creo que la poesía está hecha para ser leída de manera íntima y personal-. Además que los poemas que te dan son tontísimos… la típica de “mi mamá me mima” y “las rosas son rosas”. Por aquel entonces no me gustaba la “poesía”. La redescubrí, felizmente, en tercero de secundaria, gracias a un profesor que hasta hoy es mi amigo: Julio Mori. Él nos hacía leer a Vallejo y me presentó a los clásicos, como Safo de Lesbos o Arquíloco de Paros –los “malditos” de su época-. Poco después, un amigo artista –Maxi Silva Panez, quien diseñó la portada de mi primer libro-, y un profe de filosofía –Renzo Copello- me acercaron también a otros poetas que me atraparon y cambiaron completamente mi visión de este género literario: Rimbaud, Verlaine, Baudelaire, Alejandra Pizarnik, Bukowski, etc. Descubrí un lado más “under”, oscuro e intenso de la poesía. Ahí fue que me dejé seducir y encontré en ella un modo de expresión.
¿Prefieres la narrativa o la poesía?
Es difícil elegir, pues representan para mí necesidades distintas: La narrativa cubre una necesidad más creativa, más de reto acerca de construir estructuras, historias, personajes, situaciones, de vivir las vidas que no tuve, o rearmar las que quisiera tener o ejercer algún tipo de crítica. Yo creo que el escritor siempre va a ser un inconformista y siempre va a querer ser una especie de dios, porque, o quieres destruir el mundo, o quieres salvarlo, o quieres rearmarlo, pero nunca lo quieres dejar tal cual. Por otra parte, la poesía simboliza para mí una forma de catarsis, de soltar una emoción que me sale de las entrañas. Es más visceral que la narrativa. Para la narrativa necesitas un poco más de cabeza fría, pues tienes que inventar más. En la poesía se trata de escupir y luego pulir, dar cierta forma. Son retos diferentes, vale decirlo; en la narrativa tienes que atrapar y enganchar con lo que cuentas; en la poesía, tienes que generar emociones que penetren en lo más profundo de tu lector.
¿Qué escritores son tus influencias?
En cuanto a narrativa: Charles Bukowski, el escritor maldito del realismo sucio, que es uno de mis escritores favoritos; me encanta su irreverencia, su crudeza, su sarcasmo, la forma guarra y a la vez conmovedora con que maneja el erotismo; es un pervertido melancólico y conmovedor. Luego, aunque sea totalmente opuesto, García Márquez también ha sido una importante influencia para mí. En muchas de mis historias juego con el realismo-mágico, con eso de que todo parece muy normal, y de pronto surge algún elemento extraño que es tomado de manera muy cotidiana; eso es muy de literatura latinoamericana: de García Márquez, Cortázar, Carlos Fuentes, Isabel Allende… pero sobre todo me considero fan de García Márquez. García Márquez y Bukowski son mis favoritos en narrativa. Aparte de eso, me gusta mucho la literatura distópica –aunque no tenga un autor predilecto en especial dentro de este género-: las historias de ese futuro deprimente, en el que todo salió mal, tipo 1984, La Naranja Mecánica o Un Mundo Feliz. Ese futuro en el que ganó la corrupción, la contaminación, la invasión del cuerpo, los androides… De hecho el cine también es una influencia fuerte para mí a la hora de escribir, películas como Ghost in the Shell, Akira, 1984 –que también tiene película-, La naranja mecánica –que también tiene película-, Brazil, Terminator, Blade Runner…
¿Y en poesía?
Todos los escritores “malditos”: Rimbaud, Verlaine, Baudelaire –mi favorito de los franceses-, Pizarnik, Storni, Jack Kerouac, Allen Ginsberg, de peruanos Jorge Eduardo Eielson… y por supuesto, Bukowski; Bukowski es una de mis influencias más fuertes. Él también escribe poesía y considero que tengo bastante de él.
He leído varias de tus historias y manejas diferentes géneros, ¿cuál es tu favorito?
Es una pregunta difícil porque en verdad a me gusta ponerme retos personales; me gusta demostrar que puedo escribir cosas que normalmente no escribo. En esta búsqueda, he pasado por distintas etapas: tuve una etapa en la que escribí mucho realismo sucio, tengo varias historias distópicas e incluso de aventura y misterio… pero creo que uno de los estilos que más me acomoda, es el realismo mágico. Si te das cuenta, la mayoría de mis historias empieza en un contexto que parece muy normal, y -de la nada- pasa alguna cosa “random”. Por ejemplo, en El extraño caso del señor K, tienes al principio un contexto realista de un sujeto que está entrando en el Barrio Chino (un espacio frecuente en diferentes ciudades del mundo); entra en una tienda de objetos exóticos y de pronto, empiezan a suceder cosas raras en base a este personaje antagónico y misterioso que es el chino Yin. Otro ejemplo es Reflejos: una historia sobre un personaje con mucho dinero y bastantes huecos existenciales que tiene una relación sumamente tóxica con la productora de un noticiero; él es un tipo narcisista que llena sus vacíos con objetos y tiene una obsesión particular con los espejos, que representan el único lugar donde se halla a sí mismo. De pronto, estos espejos toman una presencia fuerte y siniestra, llegando a convertirse prácticamente en un ente amenazante y con personalidad propia. Si te das cuenta, de un momento pasa de ser un drama realista, a ser un thriller surreal, donde prima sobre todo el terror psicológico; juega mucho con la mente del personaje, con sus fantasmas y sus miedos.
Hablemos de tu nuevo libro: ¿Por qué se llama Juego de naipes y ruletas (rusas)?
Este poemario, si bien es el último que he publicado, no es el último que he escrito. Después de Juego de naipes tengo tres poemarios terminados y uno más que está casi listo pero aún no lo he editado. Saqué este primero porque –digamos- mis otros poemarios son bastante más brutales, y como hace tiempo que no publicaba, quería ir adaptando al público con algo que ya sea más o menos del estilo que manejo ahora, pero a la vez un poco más tenue y digerible; como para irlos enganchando y llevarlos, poco a poco, hacia mis otros poemarios que están más trabajados y maduros.
Juego de naipes y ruletas (rusas) es del 2010; en esa época yo estaba con una chica que vivía obsesionada con el azar; de hecho, estaba tan obsesionada con el azar, que abría su closet y tenía un juego numérico para elegir su ropa. Ambas leíamos el tarot, cosa que yo abandoné hace dos años porque es un vicio y porque chupa mucha energía, pero en aquel entonces tenía muy presente lo del azar, lo del tarot… además -por lo mismo que a ella obsesionaba el azar- jugábamos bastante a los naipes. Otro tema que tenía bastante presente era el tiempo, porque fue una relación larga; inestable, pero larga, entonces las cosas que pasaban en ese entonces hacían que tuviese el tiempo muy presente, y por lo mismo que fue una relación muy intensa, estaba también el juego de la “muerte”… de ahí lo de “ruletas rusas”. Es un juego que te mantiene en emoción pura porque no sabes qué va a pasar, pero a la vez es un juego suicida.
Algo que llama mucho la atención de tu poemario, aparte de su contenido en sí, es la portada. ¿Qué nos puedes decir de ella?
Las fotos de portada y la contraportada son obra de la fotógrafa Verónica Cerna, que es una capa, una persona a la que yo admiro mucho. Traté con ella a raíz de que estuve promocio su exposición De la maleabilidad al deseo, este año. Ella tiene una muestra que se llama Hollow Boddies; cuando yo vi esas fotos me impresionaron muchísimo, porque sentí que cuajaban muy bien con la temática de lo que yo escribo; tienen un nivel de erotismo bastante fuerte e incluso agresivo. Además la imagen que está en la portada muestra a una mujer con un rostro de reloj –de modo que está plasma ese tema del tiempo en el que yo hago énfasis-. Por si fuera poco, la mujer que aparece ahí tiene un piercing, y yo hasta hace poco tenía un piercing en la nariz, sólo que se infectó y me lo tuve que sacar (risas); la cosa es que tenía muchas razones para sentirme identificada. Era como si las fotos estuviesen destinadas a ir de la mano con el poemario. Entonces hablé con Vero y ella me dio el permiso de usarlas a cambio de que difunda su trabajo. Estoy súper agradecida con ella.
¿Dónde podemos conseguir tu libro?
Juego de naipes y ruletas (rusas) está disponible en dos versiones: versión coleccionista e ebook. La versión ebook se puede conseguir en Saxo (a través del siguiente link: http://bit.do/Juegodenaipes-ebook); por otra parte, la versión coleccionista es una edición limitada que, además de contar con una calidad sumamente cuidada y trabajada, viene en pack con un separador y un póster autografiado de forma personalizada (a la espalda de cada póster puedes encontrar un poema inédito escrito a mano y firmado; cada póster tiene un poema distinto, de modo que ningún pack es igual a otro). La edición de colección se pide al inbox del fan page (http://facebook.com/AlexielVidamLiteratura) y lo entrego yo misma; es mi forma de estrechar un enlace con mis lectores.
Tengo entendido que este libro representa también tu aporte literario a nuestro país antes de partir por una temporada.
Efectivamente. Estoy viajando más o menos por medio año a Madrid para realizar una maestría. Mi idea es volverme una especialista en cómo generar industrias culturales para luego traer todo ese conocimiento y ponerlo en práctica aquí.
¿Eso significa que no habrá Cinematosis por una temporada?
Para nada. Afortunadamente, Cinematosis y ComunicArte –mis dos marcas de promoción cultural- cuentan ya con una estructura y un equipo formado al cual yo puedo monitorear a la distancia. Vamos a seguir trabajando para que el arte y la cultura sigan creciendo y acercándose cada vez más a la gente. No me voy para siempre, me voy para regresar y hacer que los proyectos que ya iniciamos vuelen mucho más alto.
*Sobre la autora*
Alexiel Vidam nació en Lima el 12 de Octubre de 1986. Desde temprana edad, desarrolló el hábito de leer y también el de escribir. En 2003, a los 16 años de edad, publicó su primer poemario De Gritos y Demonios, al que siguieron varios otros como Aforismos Desencantados, Eros Solitario, Cámara Oscura, Juego de naipes y ruletas (rusas), (Números), Camaleones e Infierno de gatos nocturnos. La mayoría de estos son inéditos, pero han obtenido distintos reconocimientos tanto en concursos nacionales -como Un Vicio Absurdo (organizado por la Universidad de Lima)- como internacionales –entre ellos, el Ángel Ganivet, organizado por la Embajada de España e Finlandia.
Entre sus cuentos ganadores de premios nacionales e internacionales se encuentran La Iluminación de la Muerte Verde, La Cabellera, El Gallinero y Ana, Santiago y Diego. Otros de sus cuentos destacados son Sangre, Galatea, Complejo de Edipo, Reflejos y las series Trilogía del jodedor y Casos extraños. Cuenta también con una novela corta titulada Alejandra. Además de ello, en 2011 publicó After New Genesis, historieta de ciencia ficción y drama psicológico.