“El Test”: Tragicomedia de amor y dinero
Ayer por la noche caí por el Teatro Marsano (ya se extrañaba ir al teatro). Fui a ver El Test, segunda obra no-musical del grupo Preludio. Dirigida por Gonzalo Martínez, quien estuviese involucrado también en la exitosa obra Bajo terapia, la obra protagonizada por Sergio Galliani, Vanessa Saba, Javier Delgiudice y Ximena Díaz no sólo llenó sino que además superó mis expectativas.
En general, me considero amante de la comedia inteligente, irónica, protagonizada por personajes con un fondo complejo y un sentido del humor sarcástico. Me encanta la capacidad que tiene la comedia negra para satirizar situaciones típicas de la vida misma.
Todo esto, se puede encontrar en El Test. Ahora la pregunta del millón: ¿De qué va?
Pues de dinero… y amor (o desamor), y con estos temas tan fundamentales sobre la mesa, por supuesto salen a la luz los rayes existenciales, las frustraciones personales de cada protagonista, sus dudas y carencias y las decisiones acertadas o desacertadas deben tomar.
La historia comienza con Antonio (Javier Delgiudice), un ricachón que se jacta de su capacidad de esperar (y persistir) para lograr sus objetivos. Él se reúne con dos amigos de años: la pareja conformada por Héctor (Sergio Galiani) y Paula (Vanessa Saba), quienes tienen fuertes problemas económicos. A manera de broma, Antonio le pregunta a cada uno: ¿Qué prefieres? ¿100 mil dólares en este preciso momento, o 1 millón de dólares en 10 años? Este curioso “test” al que los somete, para esto, viene del ingenio de Bertha (Ximena Díaz), pareja actual de Antonio y psicóloga que resalta tanto por su (exagerada) capacidad analítica como por su personalidad marcadamente neurótica.
Los personajes en general me parecieron bastante bien construidos y carismáticos cada uno a su modo (inclusive el personaje de Galliani, que es machista y abusivo, tiene excelentes diálogos que el actor sabe recrear de forma certera). Personalmente, siento que los personajes femeninos resaltan por encima de los masculinos, tanto por el hecho de poseer más matices como por el peso que tienen las dos actrices.
Vanessa Saba es una experta en interpretar a la mujer obsesiva, paranóica, inestable, extremadamente minuciosa… y noble a pesar de su desgarro. En contraste, Ximena Díaz interpreta una neurosis bastante distinta aunque no menos marcada: Ella es la mujer de personalidad imponente desde que llega, la que se roba la cámara con su sentido del humor bastante negro, la seguridad y la fuerza que pone en sus palabras y la sensualidad de sus movimientos. Bertha (Ximena) es una psicóloga aparentemente orgullosa de sí misma y de la forma en que se ha logrado; sin embargo, los “issues” que esconde se van revelando en la medida que se van descubriendo los trapos sucios de su relación.
En cuanto al papel de Javier Degiudice, lo sentí bastante cumplidor y acorde con las exigencias de su papel; no obstante, creo también que su personaje resultó ser el menos interesante, tal vez por ser también el más sobrio desde su construcción… o por lo menos a comparación de los caracteres que le acompañan. Aun así, quisiera resaltar que aplaudo los últimos minutos de su interpretación, desde el instante en que explota el giro argumental de la historia (un giro de 360º que te deja helado). Sus frases finales y el modo en que marca los movimientos al mismo tiempo en que se apaga la luz, dibujan y remarcan en la crudeza del final… del mensaje de fondo.
Funciones disponibles de jueves a lunes (domingos a las 7pm, resto de días a las 8:30pm). Las entradas están a la venta en teleticket y en la boletería del mismo teatro. Vayan a verla.
