Transmitiendo la música clásica a los más jóvenes

¿Qué mejor manera de conocer la historia de la música que tener al músico en frente tocando para ti y explicándote -paso a paso- cuáles son sus raíces e influencias? Como parte de las actividades del Programa de Formación de Públicos, el Gran Teatro Nacional presentó -el pasado miércoles 29- al maestro español Mario Prisuelos, reconocido pianista a nivel internacional, y considerado uno de los pianistas más relevantes de su generación.

Micrófono, piano y mano, Mario Prisuelos hizo un tour a través de la historia de la música española, dirigido a un público bastante joven (escolares de entre 8 y los 11 años aproximadamente). Me sorprendió bastante, de hecho, el nivel de concentración alcanzado por los chiquillos con un tema tan complejo como suele ser la música clásica, pues no es un estilo musical al que suelen estar acostumbrados, y la explicación, aunque simple y cercana, no dejó de guardar cierta formalidad.

De todos los estilos presentados a lo largo del “expo-concierto” (que iba desde la música flamenca hasta los estilos más actuales y contemporáneos), el que más me gustó, curiosamente, fue el de Marcial Del Adalid (compositor del S. XIX), conocido también como “El Chopin Español” y uno de los grandes incomprendidos de su época. Marcial Del Adalid se alejó del estilo tradicional español, mirando más hacia el otro lado de Europa, y persiguiendo -de manera obsesiva y compulsiva- a su admirado Chopin para poder tocar a su lado (lamentablemente para él, no hay registros de que lo haya conseguido). Músico de salón de sonido elegante, dueño de una música que no pierde intensidad a pesar de su sutileza, sino que acaricia en lo profundo del alma, con la textura de una pluma delicada que roza y a la vez desgarra. Del Adalid, bajo la magnífica interpretación de Prisuelos, enamoró mis oídos.

Otro de los personajes presentados que también me encantó -y a quien Prisuelos interpretó con maestría- fue Mauricio Sotelo. Uno de los más importantes compositores españoles de la actualidad y radicalmente diferente a Del Adalid, Sotelo me impactó con su potencia, su energía y su fuerza. Creador de un estilo intencionalmente desordenado y delirante, Sotelo intercala los ritmos violentos con la suavidad, logrando un efecto de caos que encarna musicalmente el espíritu contemporáneo. La globalización, los avances tecnológicos y la velocidad tan características de nuestra época, se ven claramente plasmados en el trabajo del compositor.

Debo decir que la experiencia fue sumamente provechosa y que estaría encantada de volver a vivirla. Sin embargo, pienso también que este formato sigue siendo aún un tanto pesado para los chicos de primaria. Aunque -como ya lo he señalado- su nivel de interés fue bastante elevado durante casi todo el evento, hacia la última parte de la presentación ya se les podía notar algo alborotados o -por el contrario- adormecidos. Creo que si bien este tipo de música es y debe seguir siendo sofisticada -pues el placer de la misma radica ahí-, el formato de la exposición podría mejorarse un tanto, quizás a través de la interacción con videos o animaciones para presentar a los personajes expuestos (en lugar de sólo colocar un retrato en un power point). Quizás, en una ocasión distinta, también se podría aprovechar el impacto de la cultura pop en los jóvenes y realizar una selección previa de temas que aparezcan en terrenos cercanos a ellos como el cine, los dibujos animados o las series de televisión que en repetidas ocasiones se han valido de la música clásica para la construcción de determinadas atmósferas.